En la actualidad el uso de las becas se limita a los Actos de Graduación o Ceremonias de Entrega de Orlas, pero en sus inicios era una prenda que tuvo diferentes usos en el ámbito universitario.

El Cardenal Cisneros fundó varios colegios (conocidos como colegios menores cisnerianos) a principios del siglo XVI para que sirviera de alojamiento a los “estudiantes pobres”. Los estudiantes que accedían a estos colegios obtenían una beca que aseguraba su manutención. Además, la beca formaba parte de la vestimenta obligatoria de estos estudiantes, quienes debían cumplir estrictas reglas y llevar un manto con una beca determinada.

Origen histórico de las becas: Las becas tienen su origen en instituciones formativas que surgieron para ayudar a estudiantes con pocos recursos a acceder a una educación universitaria de calidad. Por ejemplo, se menciona que en Bolonia, en 1365, el Cardenal Albornoz fundó el Colegio de San Clemente de los Españoles, con el fin de proporcionar educación universitaria a estudiantes con escasos recursos. La Corona de Castilla estableció un régimen de becas donde los estudiantes debían cumplir con requisitos de «penuria, idoneidad intelectual, templanza» y vivir bajo los estatutos del colegio.

Exigencias y beneficios de las becas: Las becas se destinaban a cubrir los costos de comida, estudios y vestimenta durante un periodo de siete años. Los estudiantes becados, además de cumplir con sus obligaciones académicas, debían seguir una serie de reglas religiosas y académicas estrictas. Además, se les exigía la presentación de un certificado de «limpieza de sangre».

Ceremonias y símbolos: Las becas estaban vinculadas a ciertas tradiciones ceremoniales. Por ejemplo, los becarios participaban en ceremonias de graduación y se les otorgaban ciertos símbolos y privilegios, como la famosa «beca», una banda de tela cruzada en el pecho que identificaba a los universitarios y que en algunos casos podía tener colores que reflejaban su estado .

Según recoge Francisco Galino, en su libro «Del Protocolo y Ceremonial Universitario y Complutense», la Constitución XII, sancionada el día 13 de marzo de 1779 por el Rey Carlos III, que trata del vestido de los miembros del Colegio de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de la Universidad, señala que: «Todos los Colegiales, así de número como Porcionistas, vestirán uniformemente en su clase: los Gramáticos, manto sin beca; los Filósofos, manto con beca sin rosca*; los de Lenguas, manto con beca y rosca; los Médicos, manto con beca y media rosca; y los Teólogos, manto con beca y dos roscas; y las de unos y otros en el lado derecho siendo su color, y el de los mantos y becas de todos azul turquí obscuro, y de paño de un precio moderado; y el vestido interior de paño, bayeta o estameña de color negro, de lana, sin que les sea permitido usar de ropa alguna de seda, ni demasiado fina en todo el tiempo que se mantenga en el Colegio;…»

En resumen, las becas de graduación en España tienen una larga tradición que comenzó con los colegios mayores y menores. Estas becas eran parte esencial de la vestimenta académica y simbolizaban la pertenencia y el logro dentro de la comunidad educativa. Aunque las regulaciones y el uso de las becas han evolucionado, siguen siendo un símbolo de distinción en ceremonias académicas, representando el estatus de los estudiantes y la institución a la que pertenecen.

*rosca: rollo circular que los Colegiales usaban como distintivo en la beca.